La filosofía del emprendimiento se trata del «hacer o no hacer. No sirve intentar, solo hacer». Cómo ser emprendedor es un proceso que atraviesa los más profundos pilares de la personalidad y de la visión de vida de cada persona. Se trata de la esencia de aquellos seres que buscan constantemente retarse a sí mismos, apostar por más, enfocarse en subir siempre el siguiente eslabón de su desarrollo. De eso creemos que se trata el hecho de emprender: asumir el control sobre tu vida, plantearte un proyecto definido y ejecutar todas las acciones que te lleven a materializarlo.
Ante la idea de cómo ser emprendedor, surgen infinidad de preguntas: ¿El emprendedor nace o se hace? ¿Existen algunas personas predestinadas a la autonomía, y otras no? ¿El emprendedor es una persona inestable, un soñador loco o un visionario? Todas estas dudas parten del hecho de que cada mentalidad es un mundo, con un sinfín de posibilidades por descubrir o ejecutar. Pero también es cierto que los emprendedores manifiestan en su carácter y personalidad, algunos rasgos característicos que los predisponen a actuar de una manera determinada.
Decía Mark Zuckerberg, el famoso fundador de Facebook, que «si solo trabajas en cosas que te gusten y te apasionen, no deberías tener un plan maestro para ver cómo resulta todo”. De esto destacamos que la primordial clave sobre cómo ser emprendedor, se asocia a la generación de una idea, y especialmente a la voluntad para iniciarla y la constancia para mantenerla. El miedo y la falta de perseverancia son los principales enemigos de un emprendimiento, y en ellos suelen caer muchas de las personas que inician una idea, pero solo se quedan en el intento. Acompáñanos en Cultura Bienestar a descubrir las principales claves de la psicología de un emprendedor exitoso.
Indice de contenido de este artículo
5 características psicológicas del emprendedor
1. Locus de control
El locus de control es un concepto desarrollado por el psicólogo estadounidense Julian Rotter en el año 1966. Lo incluyó en su Teoría del Aprendizaje Social, como un rasgo de personalidad que se sustenta bajo la siguiente premisa:
«Si la persona percibe que el acontecimiento tiene relación con su conducta o sus propias características relativamente permanentes, se ha dicho que es una creencia en el control interno; en cambio, cuando un refuerzo es percibido como siguiendo alguna acción personal, pero no siendo enteramente relacionado con ella, es típicamente percibido, en nuestra cultura, como el resultado de la suerte, y en este sentido se ha dicho que es una creencia en el control externo”.
Dicho en palabras más simples, las personas que creen en que el destino es invariable y determina nuestras vidas, son menos propensas a desarrollar una actitud emprendedora, que las personas que confían en sus cualidades, capacidades y herramientas para darle dirección a sus proyectos y a su vida. Una de las premisas sobre cómo ser emprendedor, es una personalidad marcada por un locus de control interno.
Las personas con un locus de control interno suelen manejarse bajo el pensamiento de que son capaces de controlar y encauzar los resultados de sus diferentes proyectos. En función de esto, tienden a dedicar mayores esfuerzos y constancia en pos del logro de los resultados esperados. Esta característica se combina con la iniciativa personal y la necesidad de logro, para dar como resultado un potencial emprendedor exitoso.
2. Personalidad Proactiva
Otra de las características psicológicas que mayor influencia tiene sobre cómo ser emprendedor, es la personalidad proactiva. Con ella nos referimos a esa tendencia que muestran algunas personas para iniciar y mantener acciones que tienen el potencial directo para cambiar el ambiente o realidad que las rodea. Alguien que manifiesta una personalidad proactiva es capaz de identificar oportunidades, y de actuar en función de aprovecharlas.
El especialista en administración de negocios norteamericano Steven Covey expone que la esencia de una persona proactiva se basa en la capacidad para liderar su propia vida. Manifiesta que «al margen de lo que pase a su alrededor, la persona proactiva decide cómo quiere reaccionar ante esos estímulos y centra sus esfuerzos en su círculo de influencia, es decir, se dedica a aquellas cosas con respecto a las cuales puede hacer algo.»
En este sentido, la proactividad se trata de tomar el control de los acontecimientos, de sopesar las diferentes opciones y asumir la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan. En el camino hacia cómo ser emprendedor, esta es una característica psicológica que será absolutamente fundamental para el éxito, pues supone liderazgo, perseverancia, adaptabilidad, orientación hacia la acción y responsabilidad sobre los resultados.
3. La Autoeficacia
El camino hacia cómo ser emprendedor no se asemeja en absoluto a una autopista pulcra y de canales amplios y definidos. Muy por el contrario, se trata de una carretera estrecha y empinada, con curvas, riscos peligrosos y tramos estrechos. En este sentido, la autoeficacia es una de las características psicológicas más valiosas para un emprendedor que desee desarrollar su propia idea de negocio.
Cuando nos referimos al término autoeficacia, hablamos de la convicción que tiene una persona sobre sus capacidades para planificar, organizar y ejecutar de manera efectiva una serie de acciones, que van en pos de un resultado puntual. La procastinación, la falta de concentración o de organización, son los enemigos principales de la autoeficacia.
Tampoco ayudan las actitudes pasivas, en las que la persona espera que una tarea le sea asignada, y se le proporcionen todos los detalles para su cumplimiento. La autoeficacia se asocia a la proactividad. La persona que posee estas dos características psicológicas estará en capacidad de ver oportunidades, diseñar planes de acción para aprovecharlas, y ejecutar todas las actividades que contemple su plan de acción.
Esto incluye establecer de manera planificada un orden de tareas, en el que no queden asuntos olvidados o sin resolver. No se trata de nada que sea en extremo difícil, ni que no se pueda desarrollar con entrenamiento y voluntad. Sólo es necesaria la concentración, el trabajo y la perseverancia.
4. La tendencia a asumir riesgos
Bien decía el escritor francés y Premio Nobel de Literatura Andre Gide, que «no descubrirás nuevas tierras sin asumir que perderás de vista la orilla durante mucho tiempo”. Y esta es una de las premisas más fundamentales sobre cómo ser emprendedor. La psicología y personalidad emprendedora va asociada a una idea recurrente: la tendencia a asumir riesgos por encima de la estabilidad de una línea recta laboral.
En muchos casos, los emprendedores pueden resultar incluso un poco irracionales, y esto ha dado lugar a no pocos fracasos. Pero es esta actitud de buena cara ante el riesgo, lo que les obliga a salir de su zona de confort e ir siempre en búsqueda de un siguiente escalón. El individuo con propensión al riesgo manifiesta una tendencia a desarrollar comportamientos y acciones cuyas consecuencias finales pueden alejarse de los resultados deseados.
Se trata de apuestas en las que las cosas en efecto, pueden salir mal. La persona está en capacidad de comprometerse con opciones bajo posibilidad de fracaso. Pero si esas opciones salen bien, luego de una actitud de trabajo, direccionalidad y perseverancia, pueden resultar en un tremendo éxito. La tendencia a asumir riesgos, junto a la proactividad y a la innovación, son las principales dimensiones psicológicas del emprendedor.
5. La filosofía de la innovación
Por innovación entendemos aquella serie de cambios, novedades o modificaciones que se aplican sobre elementos ya existentes, con el fin de mejorarlos; o bien la implementación de cosas totalmente nuevas. La innovación como filosofía es una de las bases más fundamentales del pensamiento y psicología emprendedora. No se trata únicamente de invenciones del todo revolucionarias. También se incluye una nueva forma de ver y hacer las cosas, que marca una diferencia en el rubro en que se desarrolle la iniciativa.
Decía el dramaturgo irlandés George Bernard Shaw, que «el hombre razonable se adapta al mundo, mientras el irrazonable persiste en intentar adaptar el mundo a sí mismo. Por lo tanto, todo el progreso depende del hombre irrazonable». Una de las más valiosas claves sobre cómo ser emprendedor se trata justamente de esto, del desarrollo de una mente inquieta, creativa y hábil, capaz de ver oportunidades donde otros no son capaces, y trabajar por ellas.
Si has llegado hasta acá, es muy probable que en algún momento hayas considerado la posibilidad de convertirte en un emprendedor. Cualquier área en la que tengas talento o capacidades, puede ser el terreno ideal para el desarrollo de una iniciativa comercial. Si tienes talento para la cocina, ¿qué tal un servicio de delivery de comidas? Si adoras a los animales y siempre te has encargado del baño de tu perro, ¿qué te parece ofrecer un servicio de baño y peluquería de mascotas a domicilio?
Todas las personas tenemos talentos, capacidades y habilidades diferentes. Está en cada uno de nosotros la voluntad y la valentía para explorarlos. Sólo así tendremos herramientas para decidir si con esa base podemos desarrollar un emprendimiento que nos acompañe en el presente y el futuro. Si haces algo que te apasione realmente, verás sus beneficios no sólo en tu economía, sino también en tu ánimo y realización personal. Y recuerda que, tal como dice un viejo proverbio chino, «El mejor momento para plantar un árbol fue hace veinte años. El segundo mejor momento es ahora”.