La historia de Madame CJ Walker: La primera millonaria afroamericana

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Si estás dándole vueltas a la posibilidad de emprender con una idea de negocio propia, seguro te hará bien conocer sobre las historias de otros miles de hombres y mujeres que, armados de una gran pasión y una ilimitada confianza en sí mismos, se labraron el camino del éxito.  La historia de Madame CJ Walker es una de esas, pero sus características la convierten en una verdadera lección de vida.

Se dice sobre ella que fue la primera mujer millonaria afroamericana, que se hizo a si misma. Esta frase adquiere en la vida de Madame CJ Walker un matiz particular, y es que formando parte de un entorno que le era completamente hostil, encontró una pasión, la desarrolló, hizo de la constancia y la tenacidad sus más valiosas herramientas, y se lanzó decidida al éxito. Acompáñanos en Cultura Bienestar a conocer la historia de esta singular mujer.

¿Quién fue Madame CJ Walker?

Quién fue Madame CJ Walker

Hasta el año de 1863, la esclavitud fue práctica común y legal en los Estados Unidos de Norteamérica. Apenas cuatro años después, el 23 de diciembre de 1867, nacía en Delta, Luisiana, una pequeña que fue reconocida con el nombre de Sarah Breedlove. Fue una de los seis hijos de una pareja de esclavos, que trabajaban en la plantación Madison Parish de Robert W. Burney. La primera en nacer en libertad, fue también la que vino signada con un destino de grandeza.

La historia de Madame CJ Walker estuvo marcada por múltiples tragedias y momentos difíciles. A sus cinco años murió su madre, probablemente de cólera. Poco después, murió también su padre. Sarah se fue entonces a vivir junto a su hermana mayor y su cuñado, Willie Powell. Habiendo cumplido apenas los catorce años, decidió casarse para escapar de los maltratos del cuñado. De ese matrimonio con Moses McWilliams nació su única hija, Lelia McWilliams.

Madame CJ Walker, quien aún distaba mucho de ser reconocida por ese nombre, enviudó a sus veinte años, y quedó a cargo de su pequeña, de tan solo dos años. Fue entonces cuando decidió mudarse a la región de San Luis, donde vivían sus otros tres hermanos, que se dedicaban a la barbería. Empezó a trabajar como lavandera. Tan sólo llegaba a ganar un dólar al día, luego de largas jornadas de trabajo. Pero fue justo en esa época de su vida que se abrió para ella una nueva oportunidad.

¿Cómo nace el emporio de Madame CJ Walker?

La historia de Madame CJ Walker.

En el inicio de la historia de Madame CJ Walker como empresaria, encontramos una de las premisas más universales y atemporales del marketing: haz que tu producto de respuesta y solución a una necesidad.

Sarah, como la gran mayoría de las mujeres afroamericanas de la época, padecía de severos problemas capilares. La dieta deficiente, los productos nocivos como la soda cáustica que eran incluidos en los jabones para el cabello, y los escasos hábitos de higiene, le producían una importante caída, así como diversos problemas en el cuero cabelludo.

Empezó entonces un proceso de aprendizaje sobre los cuidados del cabello, junto a sus hermanos barberos. Luego conoció a Annie Turnbo Malone, una emprendedora que había desarrollado una línea de cuidado capilar. Empezó a usar sus productos y se convirtió en su agente de ventas. Sarah se dedicó a fortalecer sus conocimientos sobre el cuidado capilar y los efectos de cada tipo de producto. Luego tomo la decisión y dio el gran salto de su vida: se mudó a Denver, y allí empezó su propia línea de cuidado capilar.

Su siguiente matrimonio se produjo poco tiempo después, con el publicista Charles Walker. A partir de allí, Sarah pasó a ser conocida como Madame CJ Walker. Su ahora esposo la asesoró sobre imagen, publicidad en revistas y mercadeo de su marca. Ella, por su parte, empezó a entrenar a otras mujeres afroamericanas para convertirlas en culturistas de belleza. Les enseñó el arte de la venta puerta a puerta, así como importantes técnicas de motivación personal y autoestima. Allí empezó formalmente la expansión de la compañía de Madame CJ Walker.

¿Cómo creció la compañía?

La historia de Madame CJ Walker. cómo creció la compañía

Si algo caracterizó siempre a Madame CJ Walker, y es lección de vida para todo aquel que desee convertirse en un emprendedor exitoso, fue la tenacidad a toda prueba. Por cada puerta que se cerraba, Sarah se disponía a tocar diez más, hasta que al fin consiguió los inversionistas y el apoyo necesario para escalar su negocio.
Madame CJ Walker sumó a su hija a las labores de empresa, encargándole de las operaciones de venta por correo. Ella junto a su esposo se dedicaron entonces a viajar por todo el sur y el este de los Estados Unidos, promocionando la marca. Miles de mujeres afroamericanas se sumaron al poderoso impulso de Sarah Breedlove. El crecimiento fue vertiginoso.
Uno de los elementos que más llama la atención sobre la historia de esta mujer emprendedora, es que nunca quiso formar parte de la masa. Tuvo la posibilidad de trabajar la imagen de su marca con los modelos del ideal de belleza para la mujer afroamericana, pero decidió apostar por la autenticidad. Decidió creer y promover a esa mujer real, sin rasgos finos ni cintura pequeña. La mujer que ella misma era. Con su imagen, vendió su producto, y el éxito fue alucinante.

¿Qué ocurrió después?

La vida de Madame CJ Walker fue como la de esas estrellas fugaces, que duran poco tiempo, pero iluminan con potencia a su paso. Su divorcio del publicista Charles Walker fue difícil y tortuoso, pero ella logró quedarse con el nombre de la marca. Su salud empezó a flaquear. La hipertensión complicó su estado cardiovascular, y falleció el 25 de mayo de 1919, en la Villa Lewaro, una imponente mansión que había construido en Nueva York. Apenas tenía 51 años.
Madame CJ Walker dejó en un testamento dos tercios de sus futuras ganancias a la caridad y a obras que mantuviesen su legado. Al momento de partir, era considerada la mujer afroamericana más rica de los Estados Unidos, y cuya fortuna fue enteramente producto de un trabajo incansable, una constancia de acero y una voluntad arrolladora.
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