Lactancia materna: Todo lo que debes saber sobre amamantar a tu bebé

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El proceso de traer una nueva vida al mundo es una de las experiencias más fantásticas y movilizadoras que puede atravesar la mujer que así lo desee. Sentir que en tu propio vientre va creciendo un nuevo ser, remueve las más lindas emociones. Una vez que ya tienes en brazos a tu bebé, empieza un largo camino que transitarás durante toda la vida. Pero estos primeros meses son de los más importantes para tu bebé. En este sentido, la lactancia materna es una de las principales aliadas con las que contarás para garantizar el bienestar de tu hijo y el tuyo propio. Mucho se ha hablado sobre los beneficios de la leche materna, y sin duda alguna, se trata de un hábito fantástico que sólo aporta beneficios.

La naturaleza, en su infinita sabiduría, dotó a la mujer de la capacidad para ser madre, y de producir el alimento para satisfacer el hambre de su bebé durante los inicios de su vida. Cuando hablamos de lactancia materna nos referimos al proceso en el que la mujer alimenta a su bebé a través de la leche que sus senos segregan inmediatamente después del parto. Según la Organización Mundial de la Salud, la leche materna es el mejor y más completo alimento para los bebés, y  debe mantenerse de forma exclusiva, al menos durante los seis primeros meses de vida. Acompáñanos en Cultura Bienestar a profundizar en el interesante tema de la lactancia materna, sus características y beneficios.

¿De qué está hecha la leche materna?

Tipos de lactancia materna

Uno de los consejos para embarazadas primerizas más importantes, es el de procurar, en la medida de tus posibilidades, alimentar al bebé con tu propia leche, al menos durante sus primeros seis meses.  La leche materna incluye en su composición todos los nutrientes y sustancias que ayudarán al recién nacido a fortalecer su organismo. Pero, ¿qué contiene exactamente la leche materna? ¡Veamos!

  • Grasas: La leche materna tiene un alto porcentaje de grasas. Se calcula que en cada cien mililitros de leche, se encuentran 3,5 gramos de grasa. Sin embargo, no se trata de una dosis uniforme. Es al final de la toma donde se concentra la mayor cantidad de grasa, y te podrás dar cuenta porque la leche presentará una textura un poco más cremosa que al inicio. Esta sustancia resulta vital para el desarrollo neurológico de tu bebé.
  • Carbohidratos: La lactancia materna también dota al bebé de carbohidratos. Contiene oligosacáridos, que son muy útiles para prevenir infecciones. Sin embargo, el más importante es la lactosa, que servirá al bebé como fuente de energía.
  • Proteínas: En la leche materna encontramos un menor índice de proteínas que en la leche normal, sin embargo, es la cantidad justa y necesaria para los bebés. La caseína o la alfa-lactoalbúmina presentes en la leche materna, alimentarán al bebé sin dañar su delicado sistema digestivo.
  • Elementos anti infecciosos: La lactancia materna fortalece el organismo del bebé, haciéndolo mucho más resistente ante posibles infecciones. Agentes como las las inmunoglobulinas, los glóbulos blancos, las proteínas del suero o los oligosacáridos ayudan en esta tarea.
  • Vitaminas y minerales: La lactancia materna ayudará a tu bebé a recibir la cantidad ideal de vitaminas y minerales, que le ayudarán a que su organismo se fortalezca y su peso y talla aumenten conforme a su edad.

Tipos de lactancia materna

Si bien los consejos de la Organización Mundial de la Salud, médicos y expertos en la materia, exponen que la leche materna debe ser el alimento exclusivo durante los primeros meses del bebé, esto no siempre es posible. Bien porque la mujer no produzca suficiente leche, porque tenga problemas como pezón plano, mastitis o grietas, o porque el bebé rechace la leche materna. 

En este sentido, existen varios tipos de lactancia materna que la madre puede utilizar o combinar para que el bebé siga recibiendo los beneficios de su leche. También aplica a las etapas del crecimiento del bebé, en las que deben ir incorporándose poco a poco nuevos alimentos, texturas y sabores a su dieta diaria. Veamos cuáles son los tipos de lactancia materna, y escoge el que te convenga según la edad y gustos de tu bebé.

  • La Lactancia exclusiva o predominante: Es aquella en la que el bebé se alimenta de forma exclusiva con la leche materna, bien sea tomándola directamente del pecho de su madre, o en un biberón, luego de ser extraída con un sacaleches.
  • La Lactancia parcial: Sea que no produzcas suficiente leche, o que a tu bebé le cueste aceptarla, este método te resultará funcional. Se trata de incorporar fórmulas de leche infantil recomendadas por el médico de cabecera de tu bebé, combinándola con la leche materna.
  • La lactancia complementaria: Esta ocurre en el momento en que tu bebé va presentando otros requerimientos nutricionales, y progresivamente deberás ir agregando otra clase de alimentos a su dieta diaria. A partir de sus seis meses podrás ir incorporando papillas de cereales, compotas de frutas, entre otros alimentos que te recomiende el pediatra.

Consejos para amamantar a tu bebé

Consejos para lactancia materna

La lactancia materna es un proceso que cada madre vivirá con su bebé de una forma particular. Con el paso de los días irás fortaleciendo con tu hijo un lazo emocional invaluable, al tiempo que conocerás sus particularidades a la hora de amamantarlo. Sin embargo, hay una serie de consejos universales que te facilitarán desarrollar con éxito esta hermosa tarea.

  • Inicia la lactancia materna lo antes posible. Durante la primera hora de vida, el recién nacido suele estar despierto y con un instinto de succión vigoroso. Es conveniente aprovechar este momento, que además de generar un reflejo inmediato en el bebé,  estimulará en tu cuerpo la subida de la leche.
  • Verifica que tu bebé esté en la posición correcta antes de amamantarlo. El niño debe abarcar con su boca toda la areola, y tu fijarte en que tu pezón le quede al nivel de la nariz o del labio superior. La posición más común es aquella en la que la piel de tu vientre está en contacto con el cuerpo del bebé. Recuerda que no es conveniente presionar tus senos para que salga más leche, pues con esto sólo lograrás obstruir algunos conductos.
  • En cuanto a la frecuencia para amamantar, es importante tener en cuenta que cada bebé es diferente, así que con el tiempo iras conociendo los ritmos y demandas del tuyo. Los recién nacidos no tienen horarios fijos, así que lo recomendable es que le ofrezcas la leche materna cuando el bebé así lo pida, a través de su llanto. Si tu bebé pasa mucho tiempo dormido o no pide de comer, despiértalo cada tres o cuatro horas para ofrecerle el pecho.
  • Por último, es importante que recuerdes que la mayor concentración de grasa de la leche materna, estará al final de la toma. Esta grasa es completamente saludable y necesaria para tu bebé, así que es importante que dejes que vacíe completamente un seno antes de ofrecerle el otro. Muchos bebés quedan satisfechos solo con uno, pero es algo que deberás ir probando con el tiempo.

La lactancia materna es un universo con un sinfín de cosas por descubrir. Para el bebé, la leche materna representa el mejor alimento posible, que le garantiza nutrientes y vitaminas. Para la madre, se trata de un proceso que alimenta su vínculo emocional con el hijo, al tiempo que reduce el riesgo de depresión postparto, el riesgo de anemia, y ayuda a perder esos kilitos de más. En fin, se trata de una vivencia maravillosa, de la que se debe disfrutar con la mejor de las energías.

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